Detox de puro líquido. ¿Saludable o no?

Está muy de moda la palabra “detox” y todo mundo quiere hacer un detox, cosa que no veo mal, pero todo depende de lo que entiende cada quien con la palabra “detox”.

Cuando vienen a pedirme asesoramiento para hacer alguna dieta “detox” a base de puro líquido siempre les hago 2 preguntas: ¿De qué te quieres desintoxicar y por qué? Ó ¿Lo que buscas es perder peso? Si la respuesta a esta última pregunta es “si” lo último que necesitas es pasar varios días a base de jugo, o peor, a base de agua (los smoothies son aparte porque pueden ser preparados con un balance de macronutrientes).

Los jugos de frutas y verduras (especialmente de verduras) están cargados de enzimas, vitaminas, minerales etc. pero también están cargados de azúcares y crema. Si lo que tú buscas es perder grasa corporal y ganar músculo, el camino, a largo plazo, no es vivir 15 días a base de jugo o agua.

Lo que ocurre con la mayoría de las personas que hacen “detox” a base de líquidos es que por unos días se sienten ligeros y pierden agua, se sienten más delgados pero van generando hambre no solo física sino mental, la cual ocasionará que cuando la etapa de líquidos termine salgan al mundo dispuestos a devorar lo que sea, y coman todo lo que se les antojo durante los días de “detox”.

Mucha gente interpreta “detox” como ayuno, los ayunos son todo un tema aparte. La práctica del ayuno es milenaria y considero que es sabia, espiritual y necesaria en algunos casos. Los animales en la naturaleza pasan por ayunos forzados o voluntarios. Cuando tu perro se siente mal su instinto le indica no comer o purgarse comiendo pasto. Está en su instinto de sobrevivencia no seguir comiendo si se siente mal del estómago o si detecta que algo le hizo daño y, entonces, decide darle algo de tiempo a su cuerpo.

El ayuno es un proceso de purificación distinto, no es un método para perder “peso” ni tampoco “grasa corporal”.

Yo he hecho varias desintoxicaciones y las seguiré haciendo porque cualquier intención de cambiar de hábitos y de mejorar es buena. Todos mis planes de desintoxicación tienen un propósito en común: suspender la comida procesada, darle un respiro a mi cuerpo de ciertos alimentos.

Voy dándoles diferentes enfoques como “no azúcar”, no “lácteos”, no “pan”… pero en realidad mi propósito e intensión cuando los invito a desintoxicarse es que experimenten en carne propia los cambios que nuestros cuerpos reflejan cuando le quitamos los químicos, lo colorantes, los saborizante, el exceso de azúcar. Nuestro cuerpo nos dice “gracias” y su forma de decírnoslo es cuando la colitis y la gastritis desaparecen, cuando deja de inflamarse tu vientre por las tardes, nos lo dice desinflamándose, sintiéndose ligero, lleno de energía. Claro que los primeros días hay dolor de cabeza, y quizás más sed de lo habitual pero es normal, nuestro cuerpo esta tristemente acostumbrado a todo lo que de pronto le quitamos y es normal pasar por una crisis curativa.

La verdadera desintoxicación está en cada uno de nosotros, tú sabes mejor que nadie los abusos y excesos que has hecho pasar a tu cuerpo. Está en tu instinto identificar lo que necesitas y lo que te hace falta dejar para sentirte mejor y ¡vivir mejor!